jueves, 29 de noviembre de 2012

De Tarapoto su carrera - Parte 1

“El jabalí corre más rápido que tu”,” las serpientes te saltan de los árboles”, “las hormigas negras son enormes y te pueden llevar cargado hasta su guarida para comerte”, “los lagartos andan cerca de los ríos”, “cuidado con las hierbas venenosas”, “sapo de color te puede matar”, “cuidado con los panales de abejas”, “si te pierdes, grita”, “deberías llevar cinturón de hidratación”….. y así muchos comentarios fueron los que escuché parado en la partida del Amazon Race Forest.

Pero la verdad sólo vi a las hormigas, en especial a una que se metió en mi zapatilla pero la saqué rápidamente antes que me muerda, y bueno a mi amigo Batman, el murciélago con cara de perro que durmió todo el fin de semana en mi cuarto de hotel.

El domingo, después de una noche de lluvia y calor, la mayoría de gente de Lima se reunió a las 6 de la mañana en la Plaza de Armas para subir a los buses y viajar, previas fotitos, alrededor de una hora, disfrutando de un paisaje motivador hasta San Roque de Cumbaza, un lugar maravilloso donde nos esperaba mucha gente linda de la localidad entre pobladores, gente de la organización, competidores, Mototaxis y los ricos Juanes. La largada se dio casi a las 10 de la mañana, con lo que teníamos claro que el medio día nos iba a agarrar metidos en el monte y por lo que no quise preguntar más la temperatura, suficiente con la sensación bajo la sombra del árbol, uuuffff!

Luego de organizarnos bien y de las palabras de las autoridades, se dio la partida de la carrera que para mí, fue la que más me ha costado terminar hasta el día de hoy, pudo haber sido porque no conocía la ruta y no pude medir mi energía, o tal vez porque las cuestas no terminaban jamás, con decirles que los 5 primeros km fueron todo hacia arriba y los hice en casi una hora. Esto sumado al calor y al terreno que combinaba tierra, barro hasta los tobillos, rio, piedras, montones de hojas, ramas y hasta una alfombra de hormigas, esas que te cargaban para llevarte.

Todo empezó bien, salió todo el grupo como siempre y se fue separando mientras avanzábamos, un grupo de lugareños tomaron la punta acompañados por Emerson Trujillo, en el segundo grupo iba yo que veía como el primer grupo se alejaba rápidamente, pero yo iba a mi ritmo, eso creía hasta el momento. Luego de unos 500 metros aproximadamente empezó la subida y con ella una aventura que definitivamente nunca voy a olvidar.
Luego de unos 10 minutos de cuestas y semi planos, me fui quedando solo, 2 corredores de la zona empezaron a sacarme distancia y uno se iba quedando atrás, un par de minutos más y me quedé completamente solo en medio de la selva. Seguí subiendo rápido cuando podía y caminando cuando ya no podía, tratando de dosificar el aire y las fuerzas.

El buen Emerson me había dicho que la primera mitad era subida y la segunda ya era bajada, y yo le creí. Entendí que bajadas no tenía el mismo significado  para él que para mí.  Entonces esperaba el km 10.5 con muchas ansias pero el Garmin no avanzaba, el tiempo si pero los km ni se movían. Entonces fue cuando decidí relajarme y disfrutar el viaje y el imponente paisaje, tratando de hacer una buena carrera.

Corría y caminaba por una trocha completamente rodeada de vegetación, increíble, escuchando ruidos de diferentes animales, la mayoría aves, eso fue lo que quería pensar. Seguía subiendo hasta que empezaron las bajadas y los puentes, el problema era que después de cada puente venia una subida y cada vez más llenas de barro. Las bajadas se volvían más difíciles hasta el punto de tener que descolgarte agarrado de los árboles, no puedo negar que por ratos me sentía tarzán, y el tarzán más achorado de la zona  por estar haciendo lo que estaba haciendo, de verdad era difícil pero lo estaba disfrutando.

Después del km 10 empezaron los problemas mentales, primero empezaron a zumbarme los oídos,  En un primer momento, pensé que se trataba de los pasos de algún corredor que venía detrás mío y me hacía voltear como loquito cada cierto rato, pero no, eran los oídos. De hecho me estaba debilitando, el calor y el esfuerzo me estaban pasando factura, hasta que encontré a un amigo de la organización parado al lado de una roca con su bolsa llena de algodones que mojaba con alcohol, fue como gasolina para mi, oler el alcohol me despertó, me lo refregué por la nariz y la frente, empecé a sentirme mejor. Me olvidaba de contar que encontrábamos hidratación cada ciertos kilómetros, 13 puntos en total muy bien ubicados y que la ruta estaba bien señalizada con pañuelos naranjas. Sólo algunos pañuelos caídos o robados por algún pájaro de la zona hizo que algunos nos perdiéramos por un rato, pero por suerte nada grave aparte de la cara de terror, creo que es normal, no? :s

Bueno, volvamos al tema mental. Ya avanzados los kilómetros y el cansancio, empecé a hacerme las típicas preguntas que nos solemos hacer cuando ya no damos más: ¿Qué hago acá?, ¿Quién me mandó a meterme en esto?, ¡Le hubiera hecho caso a mi mamá!, entre otras…

Empecé a pelearme conmigo mismo con frases internas como:

-No te pares maricón, atrás viene Beto! (jajajaja)

-Ya no puedes más, para y descansa un rato

-Te quedaste sin piernas, que vergüenza

-Ahorita se viene otra subida y ya no vas a poder

-Para, para, para, para…

Estuve a punto de parar un rato después de una insignificante caída de cara (suerte que puse las manos), pero me paré y seguí porque levanté la mirada y vi en frente mío una pradera inmensa y completamente verde, tremenda motivación, aparte era bajada y le di con todo. Lamentablemente volví a entrar en el monte y de nuevo los puentes y subidas. Cruzamos un río, riachuelo más que río, pero igual con los pies dentro del agua; una remojada de cara veloz y seguimos subiendo.

Creo que a estas alturas ya estaba por el km 17, seguía solo y medio loco pero seguía disfrutándolo. De pronto, en una subida miro hacia atrás y veo a alguien, era una corredora que venía subiendo recontra furiosa, cosa que activó la adrenalina que necesitaba mi cuerpo en ese momento para recorrer los últimos kilómetros.

Obviamente me alcanzó, intercambiamos un par de palabras y decidimos seguir juntos para empujarnos hasta el final, le dimos con lo que pudimos un par de kilómetros más hasta que las piernas no me dieron ni para las bajadas, así que le dije que siga nomás, ella era la mujer que estaba ubicada en segundo puesto en ese momento y en ese puesto llegó.

Lo que quedó de la carrera ya fue en automático, ya empezaban a aparecer pobladores de la zona que te alentaban y te decían que ya no faltaba nada. Hasta que apareció un grupo de niños que me dijeron:

“Sólo falta una subida más, derecha, izquierda, derecha, izquierda y llegaste…”

Sólo me quedó agradecerles y reírme. En ese momento empecé a apretar, me metí la última subida de unos 200 metros con todo lo que tenía hasta completarla, cada vez veía más gente y sabía que estaba por llegar. Pero para no perder la costumbre, llegó la hora de perderme, a sólo 300 metros de la meta me fui por el camino equivocado. Sólo fueron 500 metros por la ruta equivocada pero los sentí como 5 kilómetros, di media vuelta y empezamos a correr hasta ver la llegada.

Por fin, misión cumplida…..

Me sentía como Rocky saltando luego de subir las escaleras en pleno entrenamiento para la pelea con Apolo, ya no podía más con la alegría ni con el cansancio, hasta que vi al buen Emerson bañadito y cambiadito, tomándose fotos, saltando de un lado al otro como si no hubiera pasado nada, de verdad mis respetos, es una máquina el buen Emerson.

Yo obviamente me fui directo a la hidratación, a comer fruta y desparramarme a descansar, de verdad, muy contento y orgulloso por haber cumplido con esta prueba. Hice 3 horas pero sé que pudo ser menos. El otro año volveré para bajar ese tiempo y sé que lo voy a lograr.

La aventura de la Amazon Race Forest no fue sólo eso, la verdad sucedieron muchas cosas más, pero que ya las contaré en la segunda parte ….. con tirada de dedo y todo!




martes, 20 de noviembre de 2012

¿Si la piso da suerte o no?


A quién no le ha pasado que va caminando por la calle y de repente Plaf!, pisó una sorpresa de perro, o parado en la calle y de repente Pum!, una de pájaro en la cabeza. De hecho que a muchos y me incluyo.
Pero no todos lo tomamos igual, por ejemplo, me he dado cuenta que la persona que pisa sorpresa de perro y se molesta, reniega, patalea y hasta busca al perro para denunciar al dueño, tiene plata; en cambio, los que al ocurrirles esto simplemente esbozan una leve sonrisa y siguen caminando orgullosos, a veces hasta sin limpiar la gracia, son los que no tienen ni un sol en el bolsillo. 

SI PUES, ESOS QUE CREEN QUE DA SUERTE Y QUE LES TRAERÁ PLATA.

Pensé en esto porque el domingo pasado participé en una Carrera que recorría parte de la Costa Verde, una linda carrera con subidas de escaleras y un variado terreno que hizo sufrir a todos, y en la que me sucedió algo por primera vez.

Venía yo a un buen ritmo, cuando a la altura de la playa Punta roquitas sentí un golpe en el hombro y parte del pecho. Primero pensé que era una piedra lanzada por un amigo, del que no voy a decir su nombre, pero  con el que siempre compito y esta vez le había sacado cierta distancia, pero al fijarme bien había sido atacado por una bandada de pajarracos malditos que al parecer me habían estado esperando para lanzarme su gracia.

Estuve a punto de molestarme, pero al contrario de eso esbocé una sonrisa y continué la carrera con mayor entusiasmo, lo que me llevó rápidamente a la siguiente conclusión: ¡Estoy misio!

Definitivamente no es normal ni fácil que un pájaro te adorne mientras corres una carrera, pero a mí me pasó, y como yo soy de los del grupo que SI cree que da suerte, inmediatamente pensé en la Tinka, pero para variar no la compré, porque también soy del grupo que se quisiera sacar la Tinka pero nunca la compra. Este fin de semana prometo comprarla.

Luego surgió una idea en mi cabeza y empecé a imaginar qué lindo sería que mi Trabajo sea correr, que me paguen por el simple hecho de correr, entrenar, ir a carreras en diferentes lugares del Perú y el mundo.

Que me paguen por hacer lo que me apasiona. Sería increíble, no?
Imagínense que te pregunten: 

¿Oye y tú a qué hora entras a trabajar?
-Bueno, depende, a veces 5.30 am, otras veces 6.00 am, algunas veces 8.00 pm, la verdad depende.

Uy!  pero que sacrificado, y ¿cuántas horas trabajas al día?
-Ah bueno, eso también depende de la carga de trabajo, puede ser 1 hora, 2 ó hasta 3 horas.

Y ¿Dónde queda tu oficina?
-Eso también depende, puede ser en el malecón de Miraflores, en el Pentagonito, en la Costa Verde, el Chipoco, o de verdad donde sienta ganas de trabajar ese día.

No te lo puedo creer. ¿No tienes una oficina, un jefe, alguien que revise tu trabajo?
-Bueno, lo más cercano a una oficina puede ser el gimnasio o la piscina, y lo más parecido a un jefe pueden ser: el entrenador, el nutricionista, el traumatólogo, el fisioterapeuta, etc.

Que increíble, ¿Cómo puedo hacer yo para conseguir un trabajo así?
Sólo ponte las zapatillas y siente lo que es correr, vive cada momento que puedas pasar contigo mismo o con tus compañeros de pista. Disfruta lo que le regalas a tu cuerpo con el deporte. Conoce nuevos lugares, disfruta el aire, la vista, la gente, vive más.

Pensándolo bien, creo que ya tengo ese trabajo y que ese trabajo ya me está pagando hace mucho. Tal vez no sea dinero, pero me ha dado cosas mucho más importantes. Así que puedo decir que no soy “misio”, tengo todo lo que necesito. Pero eso sí, me seguiré poniendo contento cuando un animal me sorprenda con sus gracias. Uno nunca sabe. 


jueves, 15 de noviembre de 2012

¿Cómo se lo explico…?


Varias veces me ha pasado que llego el  lunes a la oficina y tengo la siguiente conversación:

Amigo: Hey! Ayer hubo una carrera, ¿no?, ¿la corriste?
Yo: si, claro, estuvo buena!
Amigo: ¿Y ganaste?
Yo: ehhhhh, no pero llegué entre los 50 primeros.
Ex amigo: mmmmmm, ¿y te dieron algo?
Yo: Si, una medalla.
Ex amigo:  ¿nada más?...
Yo: No, pero de hecho me fue según lo planeado en los entrenamientos,  bajé mis tiempos, me sentí bien en los últimos kilómetros, me aguantó el aire para rematar……
Ex amigo: ¿….?
Yo: Nada, olvídalo… sólo me dieron una medalla…

A ver… cómo hago para explicarle todo lo que uno puede sentir en el antes, durante y después de una carrera, si el sujeto éste me “baja del micro” ni bien cruzo la puerta de la oficina.

Luego de imaginar cómo lo estrello contra el monitor de su computadora, empiezo a sentirme más tranquilo y esa sensación de orgullo por haber cumplido mis objetivos (esa que dura toda la semana), vuelve a mí.

Estoy segurísimo que esto le ha pasado a más de uno,  espero que nadie haya realizado lo del monitor, se supone que no sería sano (pare el tipo del trabajo claro). Y sé que para muchos de nosotros,  los lunes se convierten en una búsqueda implacable de fotos de la carrera, etiquetando a los conocidos y obviamente, buscando en las que salimos para ampliar nuestros álbumes personales. Yo tengo varios de esos, y aunque no lo crean, los mismos que me reciben los lunes en la oficina con las mismas preguntas le dan LIKE a mis fotos o me escriben: “bien compadre”, “buena Franco”…  y por un momento creo que lo hacen porque lograron entenderme, pero ¡NO! … el siguiente lunes después de otra carrera me vuelven a revolcar con las mismas preguntas. Ya me acostumbré la verdad.

Ahora voy a obligarlos a todos a leer este blog.

De hecho me gustaría poder sentarme con ellos y contarles todo lo que me tomó prepararme para “esa carrera”, la ansiedad de la noche anterior, la ropa acomodada a un lado de la cama, el encuentro con los amigos en la partida y calentamiento, la cola para el baño, la foto, la foto, la foto, el conteo final y por supuesto la ruta, (tengo un post especial que publicaré pronto para “La Ruta”).

Al final, cuando llegamos a la meta las sensaciones son varias, en especial cuando levantamos la mirada para ver el reloj (si es que hay), cruzamos la meta y comienzan a mezclarse las emociones que se coronan al recibir el abrazo de tu familia, amigos o quien sea que te haya ido a ver llegar.

De hecho me gustaría sentarme con ellos y explicarles lo que me costó que al final de todo me colgaran esa medalla en el cuello, si “sólo una medalla” pero cómo se lo explico


“Puede que te sorprenda oír esto, pero el fracaso no existe. El fracaso es simplemente la opinión que alguien tiene sobre cómo se deberían hacer ciertas cosas”. Wayne Dyer.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El Runner del Verano


Hace un tiempo se me dio por intentar pronosticar el clima, obviamente me fue mal, pero me di cuenta que la gente del  Senamhi usa la misma técnica que utiliza la persona que escribe el horóscopo de la revista Somos. Tiene una lista de mil pronósticos, chocolatea y lo que salga está  bien, porque a pesar de todo les seguimos creyendo.

Pero lo que hasta ahora me sigue resultando, es consultar con Senamhi cómo estará la semana para poder preparar mis entrenamientos, si dicen que las lluvias continuarán durante toda la semana ya sé que esos días amanecerán increíblemente despejados, o si dicen que será un día despejado, me preparo para recibir lluvias, trueno y hasta un temblorcito por ahí. Hasta ahora no me ha fallado.
Y empecé hablando sobre el clima porque ya se nos viene el verano, y éste nos trae un sin número de sorpresas, días de playa y obviamente las ya clásicas carreras playeras. Pero también aparece el  infaltable “Runner del Verano”, este deportista  que esperó el sol más de 8 meses para ponerse las zapatillas y salir a correr.  Yo lo entiendo porque a mí me encanta correr bajo el sol, cielo semi-celeste y  gente más feliz andando por la calle. Definitivamente el verano es mi temporada favorita.

El problema es que no todos salen a correr porque el verano es “ lindo”, algunos creen que como hace más calor van a bajar de peso más rápido y se forran con fajas, mallas y buzos térmicos que lo único que logran son desmayos masivos por deshidratación en el malecón de Miraflores o en las escaleras de la costa verde,  tipo “Flash mob” .  También están los del otro extremo:  Los que se rompieron el lomo en el gimnasio todo el año logrando un cuerpo bien trabajado,  y al primer rayo de sol aprovechan para salir calatos a correr por la playa o por donde haya gente que los pueda ver  (lo admito, siento un poco de envidia), a este espécimen se les puede ver agrupados en zonas de ejercicios de parques, playas y parques zonales haciendo barras, abdominales o sólo mirándose los músculos, pero acá ya más sueltos, con Sunga, lentes y zapatillas, obvio, más playero.

Chicas lindas caminando, trotando, patinando, montando bici  o corriendo por todos lados, sudando  y con poca ropa. Esto nos ayuda a presentar al Runner del Verano que sólo sale a romperse el ojo con los chicos y chicas de poca ropa, ese que  transpira sentado.

¿Conoces a alguno más?

Al  terminar el verano, a muchos ya no los vemos más disfrutando de las calles de Lima (ni de la vista), al parecer  vuelven a sus bases de invierno, muchos disfrutando las frías mañanas debajo de sabanas, calentadores, medias de lana y gruesos edredones.

Por suerte, como lo mencioné anteriormente, el verano siempre nos tiene sorpresas!, y  una de éstas es ese  grupo de personas que, usando el entusiasmo contagiante  de la soleada temporada, logra vencer la flojera y se queda con nosotros por el resto del año, haciendo que cada vez más gente se apodere de  las pistas y veredas de Lima. Así es, el verano se va pero nos deja un buen pelotón de nuevos locos que hace cada vez más grande este deporte.

Sin embargo, para esos que aun son vencidos por la flojera, se resisten a dejar de ser un Runner del  Verano, y a pesar de eso quieren resultados rápidos, les dejo este nuevo producto que los podrá sacar de apuros en este verano 2013.


martes, 13 de noviembre de 2012

Motivación!


Muchas veces me han preguntado qué me motiva a levantarme temprano, correr varios kilómetros, terminar exhausto y seguir con mi día como si no pasara nada. La verdad, a veces no sé qué responder, pero otras veces  les digo:  "Se viene una carrera importante" (Todas son importantes) o simplemente "Porque necesito correr" (cosa que confunde más a todos).
La motivación es distinta en cada persona, así como las razones por las que empezaron a correr o lo que quieren alcanzar. Hay quienes se motivan pensando en su salud, en bajar sus tiempos, pensando en sus hijos, en la esposa, la novia o hasta la flaquita que se cruza todos los días en la misma recta y en la que acelera hasta quedar ahogado doblando la esquina para que se le vea "Achorado", ojo que las chicas tampoco se salvan... (he visto gente pasando roche,  pero vale).

Están los que les gusta salir en las fotos (aquí me incluyo) y que se se producen como si fueran a una fiesta (ahí no me incluyo), para salir lindos en el facebook y si tienes suerte, en El Comercio.... y también vale, aunque hay algunos que esperan la foto y se toman un taxi.

He conocido personas que empezaron a correr y se motivan gracias a una promesa, alguna enfermedad superada, una separación o la muerte de alguien cercano.  Motivos hay miles! y cualquiera es perfecto para empezar a correr o hacer el deporte que quieras, la cosa es moverte y cuando menos lo esperas ya estás volando.

Este es el Trailer de la película "Summit of my life" de Killian Jornet, de repente escuchar la locución ayude a conocer un poco más sobre lo que nos motiva

Summit of my Life


Empezamos a volar

El motivo por el que me decidí a correr, es el mismo motivo por el que hoy me decido a crear este blog, NINGUNO. Un día comencé a correr y no sabia por qué, sólo lo hice.... sin darme cuenta, hoy me veo corriendo cada competencia que se me cruza, diferentes lugares, rutas, terrenos, distancias, conociendo gente nueva  y lo mejor de todo, motivando a más personas a hacerlo.

Llegó en un momento complicado de mi vida y se volvió parte de ella, como una terapia (eso lo comprendí hace poco),  por eso puedo decir que el running cambió mi vida.  Disfruto cada kilómetro de entrenamiento, el estiramiento, disfruto cada línea de partida y cada llegada, entonces, así llego a la conclusión de que este blog está siendo creado por una razón especial y la quiero descubrir.

No quiero hacer un blog sobre mi, sino sobre lo que es estar metido en este mundo, porque sé que hay  miles de personas viviendo miles de experiencias que podrían compartir y con las cuáles podríamos divertirnos y enriquecernos como corredores y como personas.

¿Por qué Free Runner?, porque así me siento, corriendo donde quiera correr, con quien quiera y a la hora que quiera... buscando nuevos retos y nuevas experiencias. Como he leído muchas veces, tratando de descubrir hasta dónde puedes llegar.

No hay más que decir acá, hoy empezamos a volar con esta nueva aventura... Con todo!